El filósofo romano Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio, conocido simplemente como Boecio, nació en Roma en torno al año 480 d.C. En su pensamiento encontramos todavía ideas del estoicismo integradas junto al desarrollo de un naciente escolasticismo.
Provenía de una importante familia romana y llegó a acumular mucho poder. El rey ostrogodo Teodorico el Grande llegó a darle un cargo que equivaldría actualmente al de primer ministro. Fue acusado, según él injustamente, de conspirar a favor del Imperio bizantino, y enviado a prisión. En torno a 524 d.C., en el último año de su vida, cuando estaba en la cárcel a la espera de que se ejecutara la condena a morir torturado y decapitado, escribió un libro que se ha convertido en un clásico, y que lleva por título La consolación de la filosofía. El libro contiene un diálogo entre el propio Boecio y Filosofía, que es un personaje que se le aparece para aclararle sus dudas sobre el sentido de la vida, el destino, y la lucha entre el bien y el mal.
En ese libro, Boecio lamenta que los malvados a menudo prevalezcan sobre los buenos. ¿Cómo afrontar el hecho de que el mal a veces venza frente al bien? En su diálogo con Filosofía, entiende que esa victoria solo puede ser momentánea, porque cuando los malos ganan se convierten en bestias, mientras que, cuando los buenos consiguen alcanzar lo que se proponen, se sitúan por encima del ser humano y a la altura de seres divinos. Por tanto, el mal nunca podrá tener la última palabra.
El mensaje principal de Boecio para ti es el siguiente:
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Juan Carlos Siurana
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