El artículo reflexiona sobre la tarea educativa de los profesores de ética y la influencia de su conducta en el éxito de la formación. Los modelos son muy importantes para el aprendizaje de la ética.
La neuroeducación confirma la idea según la cual los alumnos aprenden a ser ciudadanos actuando como tales, no simplemente aprendiendo contenidos teóricos, pues al desarrollar hábitos se generan las
conexiones neuronales necesarias para que tengamos la predisposición a actuar de una determinada manera.